EL INTERROGATORIO
- Juan Miguel Guerrero, MD
- Jun 4, 2019
- 4 min read
El ejercicio de toda práctica clínica está basado en 2 piezas fundamentales: el interrogatorio y el examen físico. Ya sea que estudies medicina, enfermería, nutrición o psicología, siempre necesitarás éstas dos herramientas para poder dar la mejor atención a tus pacientes.
Hoy quiero hablarles del fino arte del interrogatorio. A lo largo de mis 12 años de estudiar medicina, he descubierto la importancia de conocer a mis pacientes: sus antecedentes, su motivo de consulta, sus preocupaciones y sus expectativas.
El interrogatorio es mucho más que sólo una herramienta para recabar información y lograr un diagnóstico certero: forma parte de lo que llamo LA EXPERIENCIA MÉDICO-PACIENTE. Recuerda que la medicina es una ciencia fundamentalmente humana y debe atender precisamente eso, las necesidades humanas que tenemos: ser escuchados, ser comprendidos, sentirnos protegidos y sobre todo, sentir la comodidad de poder dejar nuestra salud en manos de otra persona.

Al momento de interrogar a mis pacientes, a menudo lo hago teniendo en mente el objetivo de generar la confianza suficiente como para que ellos se sientan seguros de depositar su salud en mis manos. Recuerda que, cuando uno se encuentra enfermo y va al médico, se encuentra en uno de los momentos más vulnerables de su vida.
El interrogatorio podríamos dividirlo en dos grandes partes (el siguiente orden es el que utilizo en mi práctica clínica, que en lo personal me ha dado más resultado):
PADECIMIENTO ACTUAL
ANTECEDENTES
PADECIMIENTO ACTUAL:
Saber interrogar el padecimiento actual es algo vital. La estructura de este debe estar comprendida en el siguiente orden:
Inicio
Evolución
Actualmente cómo lo recibes
En este apartado del interrogatorio, debes utilizar una estrategia que en medicina denominamos como SEMIOLOGÍA, es decir, el estudio detallado de los síntomas y signos de nuestro paciente. Por ejemplo, una descripción semiológica clásica del dolor de pecho relacionado a enfermedad coronaria (Angina de pecho) es la siguiente:
Dolor retroesternal de carácter opresivo que se desencadena al esfuerzo, se irradia hacia cuello, mandíbula, brazo izquierdo o derecho, de intensidad variable, acompañado de sudoración (diaforesis) fría, falta de aire (disnea), náusea o vómito, de aproximadamente 5 minutos de duración que cede con el reposo o a la administración de isosorbide. La importancia de la adecuada semiología, aparte de orientarnos en un diagnóstico, radica en el seguimiento del paciente. Por ejemplo, si ya conozco las características de la Angina de pecho de mi paciente, en el momento en que aumente su intensidad, que aparezca con menor esfuerzo al habitual, tenga una mayor duración o que no ceda al reposo, podré catalogarlo como una Angina inestable y es una verdadera urgencia cardiovascular.
No olvides siempre aplicar la semiología en tu padecimiento actual. Siempre procura ser lo más detallado y concreto posible.
ANTECEDENTES:
Cuando me encuentro interrogando respecto a los antecedentes de mis pacientes, lo hago con el objetivo de conocer el contexto en el que se desarrollan. Por ejemplo, una paciente de 58 años diagnosticada de Diabetes mellitus tipo 2 desde hace 3 años, me obliga a pensar que tiene más tiempo con la enfermedad, sólo que se diagnosticó hace 3 años, por lo que me veo obligado a buscar de manera intencionada datos compatibles con complicaciones como disminución de la agudeza visual o pie diabético, ya que son complicaciones microvasculares que aparecen a lo largo de los años. Si por ejemplo, tengo un paciente que tiene tos productiva con expectoración mucopurulenta, vive en hacinamiento y menciona que su hijo que estuvo recluso 2 años tose demasiado y utiliza drogas, debo sospechar que tiene alto riesgo para Tuberculosis pulmonar y me veo obligado en buscar la enfermedad.
En conclusión, es muy importante involucrarnos con el MICROAMBIENTE de nuestros pacientes para poder conocerlos a tal profundidad que logremos tener sospechas diagnósticas adecuadas.
Aquí tengo 4 tips para lograr un excelente interrogatorio:
INICIA CON UN SALUDO CORDIAL: Preséntate con tu nombre, pregunta cuál es su nombre, cómo se siente el día de hoy, etc.
INTERROGA PRIMERO EL PADECIMIENTO ACTUAL: El paciente se encuentra interesado en que escuches el por qué viene. Si escuchas primero lo que es más importante para él, mejorarás su experiencia médico - paciente, además te dará una idea de cuál es su enfermedad y podrás dirigir de manera más enfocada tu interrogatorio.
SÉ PRÁCTICO: Esto es vital. Si eres redundante en interrogar cosas que no impactan de una manera directa en la enfermedad de tu paciente, perderás objetividad y tiempo valioso de la
consulta. Recuerda que un interrogatorio prolongado es cansado tanto para ti como para tu paciente.
PRESTA ATENCIÓN A LOS DETALLES: La enfermedad se esconde en los detalles. Es importante que prestes mucha atención a los detalles de los síntomas de tu paciente. Es bueno ser mal pensado, es bueno exagerar en la semiología, siempre y cuando conozcas el síntoma en cuestión y puedas abordarlo de una manera adecuada.
El lograr un buen interrogatorio no es fácil, requiere mucha práctica. Es por esto que te invito a que de ahora en adelante, cuando te encuentres en clases clínicas, mantengas la mentalidad de que el interrogatorio es una habilidad que debes desarrollar con el día a día. Aprovecha lo que tus pacientes tienen que enseñarte, recuerda que son ellos nuestros mejores maestros.
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